Este 20 de Junio, se cumplió un nuevo aniversario del Dia de los Refugiados! Puede decirse que el fenómeno de los refugiados y de los desplazados del siglo XX, aunque con antecedentes en Grecia, Roma, Cristianos, Musulmanes y Judios, se sitúa en 1912 "con las guerras balcánicas, asumiendo dimensiones más preocupantes con la revolución rusa y el fracaso de la contrarrevolución de 1917. En esa época, la asistencia a los refugiados y desplazados estaba en manos de organismos humanitarios, como la Liga de las Sociedades de la Cruz Roja".
La Sociedad de las Naciones, creada en 1919, no había tomado conciencia de las consecuencias, en términos de refugiados, de la Primera Guerra Mundial y no instituyó ningún mecanismo para afrontar el fenómeno. Fue en agosto de 1921, después de una conferencia sobre este tema convocada por organizaciones humanitarias, la Sociedad de las Naciones decidió nombrar un Alto Comisionado para los Refugiados. La responsabilidad fue encomendada al Dr. Fridtjof Nansen, Representante de Noruega ante la Sociedad de las Naciones quien, desde 1919, había dirigido en nombre de este organismo la repatriación de prisioneros de guerra. El Dr. Nansen logró asegurar a los refugiados asistencia de parte de algunos gobiernos y agencias voluntarias, ideando también un documento de identidad especial destinado a quienes no poseyeran otros documentos, el llamado "Pasaporte Nansen", que fue reconocido por cincuenta y dos países.
La Oficina Internacional Nansen para los Refugiados
En 1929, la Sociedad de las Naciones, intentando dar una base mas estable a las actividades del Alto Comisionado, decidió someter el servicio de la Oficina a la autoridad del Secretario General de la Sociedad de las Naciones, por un período inicial de un año a partir de enero de 1930. Mas tarde, se decidió crear una oficina autónoma, con un órgano directivo propio - la Oficina Internacional Nansen para los refugiados -que comenzó a trabajar en 1931.
La Administración de las Naciones Unidas de Socorro y Reconstrucción
Desde 1941 los Gobiernos aliados se preocuparon por asistir a las víctimas de guerra de los territorios ocupados, comenzando también la reconstrucción de las zonas devastadas por el conflicto. En noviembre de 1943, cuarenta y cuatro Gobiernos firmaban en Washington un acuerdo para constituir un organismo específicamente responsable de tales operaciones, denominado Administración de las Naciones Unidas de Socorro y Reconstrucción (United Nations Relief and Rehabilitation Administration - UNRRA. Mientras el Comité Intergubernamental para los Refugiados continuaba buscando alternativas de reasentamiento, la UNRRA organizaba la repatriación de todos los que deseaban y podían volver a su país de origen. Luego de terminar la guerra, la UNRRA fue llamada a asistir a las autoridades militares para repatriar a más de seis millones de personas.
La Organización Internacional para los Refugiados
Ya en 1945 la Conferencia de San Francisco, la misma que redactó la Carta de las Naciones Unidas, examinó la posibilidad de crear una nueva organización internacional para los refugiados. En febrero de 1940, la Asamblea General de las Naciones Unidas encargó al Consejo Económico y Social estudiar la cuestión.
El Consejo recomendó que la UNRRA y el Comité Intergubernamental fueran substituidos por una agencia especializada no permanente de las Naciones Unidas, responsable por todos las actividades relativas a los refugiados. Fue así instituida, en diciembre de 1940, la organización Internacional para los Refugiados (OIR), con el encargo de "llegar a una rápida, positiva y justa solución de los problemas de los refugiados y de los desplazados".
La Creación de ACNUR
Sin embargo, con los cambios políticos en Europa del Este y la tensión que generó la llamada Guerra Fría provocaron nuevas olas de refugiados. A pesar de las reticencias de algunos Estados, la clara oposición de otros y los temores de muchos países a exponerse a la invasión de refugiados, las Naciones Unidas decidieron la creación de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, adoptada por voto de la Asamblea General el 14 de diciembre de 1950. El nuevo organismo abrió sus puertas en Ginebra el 1 de enero de 1951 y el primer Alto Comisionado de la posguerra fue el holandés Gerrit Jan van Heuven Goedhart, un abogado dedicado al periodismo, con una vida que en algunos aspectos recordaba los ribetes heroicos del propio Nansen, dada su riesgosa militancia en la resistencia.
El documento que da vida al ACNUR, su acta de fundación, es el Mandato para los refugiados por el cual este Organismo recibe una instrucción expresa de la Asamblea General de proporcionar a los refugiados "protección internacional ... y buscar soluciones permanentes ... ayudando a los Gobiernos y ... a las organizaciones privadas a facilitar la repatriación voluntaria de los refugiados o su asimilación en las nuevas comunidades nacionales". Este documento, no obstante algunos desajustes por el paso del tiempo, mantiene aun hoy vigencia y de hecho opera como base legal en el caso de actividades en países que no hayan ratificado la Convención o que lo hayan hecho bajo reservas.
El concepto de Refugiado
El Estatuto del ACNUR y luego la Convención de 1951 proponen una rica y precisa definición de refugiado, hoy en día "clásica" de la jurisprudencia internacional. Ser refugiado implica tener un fundado temor de ser perseguido por razón de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opiniones políticas. Debe encontrarse fuera de su país y no poder o no querer valerse de la protección de su país de origen, o, en caso de tratarse de un apátrida, encontrarse fuera del país donde tuviera antes su residencia habitual y no poder o no querer regresar a el. En estos magros términos, la Convención ha resuelto impecablemente el concepto de refugiado. El temor no puede ser fantasioso, debe corresponder a un fundamento razonable; las causas no son las propias de un delito común o de un deseo social de emigrar, se encuentran enunciadas con precisión; la imposibilidad de retorno puede ser objetiva ("no poder") o subjetiva ("no querer"); para valerse de la protección la persona que la solicita debe encontrarse fuera del país de origen.
Sobre la base de esta definición, el ACNUR y los Tribunales de los Estados Miembros han desarrollado una larga experiencia y diseñado una jurisprudencia que ha ido delineando los términos, reajustándolos a las mil circunstancias en que un ser humano se encuentra necesitado de protección ante la falta de seguridad en su país de origen.
Aunque la determinación individual de la condición de refugiado es una de las mas arduas tareas de los Estados Miembros y del propio ACNUR, esto ha permitido ayudar desde su creación, a 36.460.306 personas, según la estadistica de su sitio Web a 2009, y de las muestras que en Venezuela, se colocan en un espacio cultural como el Trasnocho, en pro de su labor que cumplió sus 60 años.
El ACNUR trata de reducir las situaciones de desplazamiento forzoso alentando a los Estados y otras instituciones a crear condiciones que conduzcan a la protección de los derechos humanos y a la resolución pacífica de los conflictos, con especial atención a las necesidades de los niños y trata de promover la igualdad de los derechos de mujeres y niñas.
Ayuda al Apátrida
Lejos del uso peyorativo, un apátrida es aquella que no es reconocida por ningún país como ciudadano. En efecto, muchos millones de personas en el mundo están atrapadas en este limbo legal, disfrutando solamente de un acceso mínimo a la protección legal o internacional o a derechos básicos tales como salud y educación.
Las Convenciones Internacionales sobre apatridia se establecieron en 1954 (Convención sobre el Estatuto de los Apátridas) y 1961 (Convención para reducir los casos de Apatridia). En 1974 la Asamblea General de las Naciones Unidas le solicitó al ACNUR que brindara asistencia legal limitada y en 1996 le ordenó ampliar su misión a través de la promoción de la reducción de los casos de apatridia a nivel mundial.
La apatridia es un problema masivo que afecta a un promedio de 12 millones de personas en todo el mundo y tiene un impacto terrible en las vidas de las personas. La posesión de la nacionalidad es esencial para la participación plena en la sociedad y un requisito previo para el disfrute de muchos derechos fundamentales.
Celebro la labor de ACNUR, y que haya un esfuerzo en llevar información de sus acciones en todos los espacios posibles y necesarios; mas sueño también y elevo una oración como todas aquellas personas de buena voluntad, por mejores salidas a todos los conflictos que generamos como seres humanos, en especial en las guerras y las tensiones sociales, políticas y culturales que se producen a veces en cada país, y en reiterados momentos de la historia humana, de modo disminuyeran lo suficiente para que dejen de haber Refugiados, Victimas del dolor, el miedo generalizado, los desplazamientos, la segregación y la persecución en el Mundo.
Fuentes:
Visita al stand El Abrazo Inagotable. Exposición temporal de ACNUR, Centro Comercial Paseo Las Mercedes, espacio cultural, Trasnocho. Caracas, Venezuela, Junio 2011.
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